Los anticuerpos antimitocondriales (AAM) son sustancias ( anticuerpos) que se forman contra las mitocondrias, una parte importante de las células. Las mitocondrias son la fuente de energía en el interior de todas las células humanas y ayudan a que dichas células trabajen apropiadamente.
Este artículo aborda el examen utilizado para medir la cantidad de anticuerpos antimitocondriales en la sangre.
La sangre se extrae de una vena, por lo general de la parte interior del codo o del dorso de la mano. El sitio se limpia con un desinfectante (antiséptico). El médico coloca una banda elástica alrededor de la parte superior del brazo con el fin de aplicar presión en el área y hacer que la vena se llene de sangre.
Luego, el médico introduce suavemente una aguja en la vena y recoge la sangre en un frasco hermético o en un tubo adherido a la aguja. La banda elástica se retira del brazo.
Una vez que se ha recogido la muestra de sangre, se retira la aguja y se cubre el sitio de punción para detener cualquier sangrado.
En bebés o en niños pequeños, se puede utilizar un instrumento puntiagudo llamado lanceta para punzar la piel y hacerla sangrar. La sangre se recoge en un tubo pequeño de vidrio llamado pipeta, en un portaobjetos o en una tira reactiva. Finalmente, se puede colocar un vendaje sobre el área si hay algún sangrado.
Es posible que el médico le solicite no comer ni beber nada durante 6 horas antes del examen (generalmente durante la noche).
Cuando se inserta la aguja para extraer la sangre, algunas personas sienten un dolor moderado, mientras que otras sólo sienten un pinchazo o sensación de picadura. Posteriormente, puede haber algo de sensación pulsátil.
El médico puede ordenar este examen si la persona tiene signos de daño hepático. Se utiliza con mayor frecuencia para diagnosticar cirrosis biliar primaria.
También se puede utilizar para establecer la diferencia entre cirrosis relacionada con el sistema biliar y problemas hepáticos debido a una obstrucción, hepatitis viral o cirrosis alcohólica.
Normalmente, no hay anticuerpos presentes.
Este examen es importante para diagnosticar la cirrosis biliar primaria. Hasta el 94% de los pacientes con esta afección dan positivo para este examen. Menos del 1% de las personas sin esta enfermedad dan positivo en el examen.
Los resultados anormales también se pueden encontrar con menos frecuencia en personas con otros tipos de enfermedad hepática y algunas enfermedades autoinmunitarias.
Las venas y las arterias varían de tamaño de un paciente a otro y de un lado del cuerpo a otro, razón por la cual obtener una muestra de sangre de algunas personas puede resultar más difícil que de otras.
Otros riesgos: